Escalamiento de incidentes y matriz de prioridades
El escalonamiento es un mecanismo que ayuda a resolver los incidentes a tiempo y en ITSM los hay de dos tipos.
Escalamiento funcional
El escalamiento funcional tiene lugar cuando un incidente se reasigna a otro grupo de soporte porque el grupo actual que trabaja en él no tiene las habilidades necesarias para resolverlo. Algunas organizaciones optan por reasignar los incidentes a un grupo de soporte más experimentado después de que pase un cierto tiempo, el cual se define de acuerdo a lo establecido por el nivel de servicio. Además, ese tiempo suele variar en función del nivel de prioridad del incidente, de modo tal que es más corto para los incidentes de mayor prioridad.
Escalamiento jerárquico
El escalamiento jerárquico tiene lugar cuando el personal de soporte notifica a un nivel superior de autoridad sobre un incidente (casi siempre su gerente) o al propietario del servicio afectado.
El momento en que se debe escalar jerárquicamente depende de la prioridad del incidente y del nivel de servicio. Si hay peligro de incumplir el nivel de servicio, entonces se debe informar al gerente y al propietario del servicio para que puedan ayudar a no perder el objetivo de nivel de servicio y tomar medidas proactivas para garantizar la satisfacción del cliente. Obtener una prioridad correcta de la matriz de prioridades es más importante que nunca, ya que evita los escalamientos jerárquicos innecesarios. Este es el caso, sobre todo, de los incidentes de alta prioridad, ya que muchas organizaciones quieren alertar a la dirección y a los propietarios del servicio apenas los identifican mediante la matriz de prioridades.
Veámoslo con un ejemplo: Una organización puede tener un nivel de servicio para resolver un incidente P1 en dos horas, pero escalarlo jerárquicamente a la media hora (si aún no se resolvió). De este modo, la dirección estará al tanto del problema de prioridad 1 antes de que se incumpla el nivel de servicio. En cambio, para una incidencia P2 con un tiempo de resolución de cuatro horas, el escalamiento podría producirse pasadas tres horas. Por último, es posible que un incidente P3 con un tiempo de solución de dos días no se escale hasta que el nivel de servicio se incumpla, mientras que un P4 o P5 puede no escalar nunca.
En los casos en que se han establecido escalamientos jerárquicos, es importante comprobar que sus tiempos sean idóneos. También deben realizarse revisiones periódicas de los escalamientos producidos, lo que incluye al personal de soporte y a la dirección, para identificar si hay algún problema con la matriz de prioridades o con la guía asociada.
Utilización de una matriz de prioridades para los incidentes
La gestión de incidentes es el proceso más común en el que se utiliza una matriz de prioridades, ya que todas las organizaciones gestionan incidentes (incluso aquellas que no tienen un servicio de atención al cliente). El diseño y la utilización de una matriz de prioridades para priorizar las incidencias reportadas por los usuarios es esencial para garantizar la satisfacción del cliente. La mayoría de las veces, los equipos de soporte de su empresa tendrán más incidencias abiertas de las que pueden atender. Una matriz de prioridades les ayudará a secuenciar sus actividades para trabajar primero en los incidentes más importantes.
En la gestión de incidentes, primero se debe evaluar cómo el incidente está afectando a los usuarios, tanto en términos de impacto como de urgencia, para determinar niveles de prioridad acordes a lo establecido en la matriz de prioridades. De esta manera, garantizará que los incidentes que afectan a la empresa se solucionen lo más rápido posible, lo que eliminará las conjeturas del personal de soporte y evitará que elijan aquellas tareas que prefieren hacer primero.
La mayoría de los software admite la asignación automática de prioridades. Esto acelera el proceso de gestión de incidentes, aunque se recomienda que el personal de la mesa de servicio utilice la matriz para revisar la prioridad asignada automáticamente, ya que puede haber introducido incorrectamente los niveles de impacto y urgencia.
En tanto, algunas herramientas permiten que determinados usuarios, como los directores de la empresa y los usuarios críticos, sean identificados como “personas muy importantes” (Very Important People, VIP). Entonces, cuando se recibe un incidente de estos usuarios, aumenta automáticamente la urgencia o el impacto para su uso en la matriz de prioridades, lo que permite la asignación de prioridades más altas de lo habitual para este tipo de incidentes.
Por último, hay software con capacidad para evaluar el impacto de los incidentes según diversos factores, como la criticidad de los sistemas o servicios, el momento del día o la semana y los grupos de usuarios afectados. Estas herramientas registrarán estos factores en relación con cada incidente, algo útil para analizar la prioridad asignada en caso de una disputa.
Con respecto a las disputas sobre las prioridades asignadas, es aconsejable diseñar un procedimiento para resolverlas. Aunque una matriz de prioridades simplifica la asignación de las prioridades, estas siguen dependiendo de la información obtenida de los usuarios y de los sistemas de monitoreo. Ahora bien, la expectativa de cada usuario es diferente y, por lo tanto, habrá ocasiones en las que la matriz de prioridades otorgue al incidente una prioridad diferente a la esperada por él o ella. Cuando esto ocurre, el usuario debe poder disputar la prioridad que se le ha asignado a su incidente, con la posibilidad de que el servicio de soporte modifique la prioridad si considera que el usuario tiene razón.
Hay otras razones por las que debe ser posible cambiar la prioridad de un incidente durante su ciclo de vida. Por ejemplo, cuando se subestima el impacto total del incidente apenas este es reportado. En esos casos, el incidente primero recibe una prioridad baja, ya que la matriz de prioridades le adjudica un impacto bajo. A medida que más usuarios informan síntomas idénticos o similares, el impacto aumenta y la matriz de prioridades le debería reasignar una prioridad más alta. Para este tipo de incidentes, en los que el impacto conocido aumenta con el tiempo, es importante seguir utilizando la matriz de prioridades para determinar las nuevas prioridades. De esta manera, los servicios de soporte no aumentan las prioridades injustificadamente como producto de la presión de los usuarios, una dinámica que da lugar a incoherencias y fomenta que los usuarios tengan comportamientos poco útiles para la empresa o, directamente, perjudiciales para ella.
Utilización de una matriz de prioridades para los incidentes graves
Un incidente grave es un incidente con un impacto adverso extremo para la empresa. Puede tratarse de una perturbación excesiva de los servicios o del riesgo de que ocurra en el futuro debido a acontecimientos como el ataque de un virus informático. Es práctica estándar tener una variante del proceso de gestión de incidentes para estos casos graves, que reconoce la urgencia con que deben resolverse. Su matriz de prioridades debe ser capaz de identificar claramente qué incidentes son importantes en función del impacto y de la urgencia. Los incidentes graves tienen, por definición, la máxima prioridad. Es clave verificar mediante pruebas de escenarios que su matriz de prioridades puede identificar qué incidentes son graves y cuáles son solo de prioridad alta.
Qué características tienen los incidentes graves dependerá de cuántos niveles diferentes se incluyan en su matriz de prioridades. Los incidentes graves serán siempre P1; sin embargo, si solo tiene tres niveles de prioridad, corre el riesgo de invocar el proceso de incidentes graves de forma regular. Es mejor tener más niveles en su matriz de prioridades y reservar P1 para los incidentes realmente importantes que tienen un impacto adverso extremo en la empresa. Esto requiere un análisis cuidadoso de sus servicios, incluidas la evaluación de su verdadera criticidad para el negocio y una comprensión cabal de cómo los usuarios utilizan esos servicios.